Salud y clima

A nivel individual y colectivo, ¿qué medidas deberían adoptarse para prevenir las consecuencias sanitarias del cambio climático?

Mónica Muñoz Rodríguez

Samsam es una de las mujeres que se han desplazado por la emergencia climática. Era pastora y llegó a tener más de 500 cabezas de ganado. «Antes de la sequía vivíamos del ganado, tenía para vender, para comer… Entonces todo estaba verde«, cuenta la mujer. Pero este no es un caso aislado, en Somalilandia siguen malviviendo en campamentos, sin medicinas ni dinero para comida.

Además, se prevé que para 2050 sean más de 150 millones los refugiados climáticos los que tengan que abandonar sus casas debido a las extremas condiciones de vida provocadas por el cambio climático, según afirma el Grupo Banco Mundial en el informe Groundswell.

Todo lo que conocemos será diferente dentro de 50 años. Inundaciones, tormentas torrenciales o largas épocas de sequía son algunas de las consecuencias que ya vivimos en nuestro día a día, pero no son las únicas. Hemos visto también como este cambio antropológico provoca enfermedades en el ser humano que pueden llegar a ser letales. Todas estas consecuencias evidencian la necesidad de actuar.

¿Cuáles son las principales causas de este problema?

Un estudio realizado recientemente por el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables confirma que actualmente las principales fuentes de energía son de tipo no renovables, es decir, son las que una vez consumidas tardan en regenerarse millones de años. El principal problema es que al consumirse liberan una gran cantidad de gases como el dióxido de carbono o el azufre, que ocasionan el aumento de gases en la atmósfera. Esto da lugar a una contaminación del aire formada por una mezcla de contaminantes gaseosos generados por una serie de reacciones químicas, activadas por los rayos UVA de radiación solar, a lo que se conoce como Smog fotoquímico y que provoca graves problemas respiratorios. 

Con la reducción de la capa de ozono aumentan los problemas dermatológicos, el riesgo de cáncer de piel, quemaduras y otras enfermedades también en plantas y animales.

Organización Mundial de la Salud (OMS)

Sin capa de ozono no habría vida. Exponerse sin protección a la radiación solar es un factor de riesgo. Según una medición tomada en 2018 por la Administración Nacional de la Aeronáutica y la NASA, el tamaño de la capa de ozono es de 23 millones de km2, casi la misma cantidad de superficie que América del norte. El agujero de ozono aumenta de tamaño, alcanzando un máximo entre mediados de septiembre y mediados de octubre. Sin embargo, en 2021 su tamaño ha aumentado por encima de lo esperado.

El mayor impacto de la emisión de gases de efecto invernadero, que representa más del 50% del total de los daños del cambio climático, es el de las compañías de suministros (como las proveedoras de gas, electricidad o agua). La principal causa es la quema de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón o el gas; mas el agua residual que contamina tierra, ríos y lagunas. El principal problema de la contaminación industrial es que afecta al aire, al agua y a la tierra. 

Pero existen alternativas mucho más ecológicas para nuestro consumo energético. Una opción es la biomasa, una de las formas más económicas y ecológicas de generar energía eléctrica. Consiste en la combustión de residuos orgánicos de origen animal y vegetal. Otra opción es el biogás que es una energía alternativa producida biodegradando materia orgánica, en dispositivos específicos sin oxígeno, así se genera un gas combustible que se utiliza para producir energía eléctrica.

El uso de energías menos contaminantes debería de ser obligatorio en la medida de lo posible, y deberían existir penalizaciones para aquellos países que no cumplan las condiciones mínimas que se establezcan. 

El efecto invernadero también se ve afectado por la contaminación del aire, por la mezcla de partículas sólidas y gases. Algunos contaminantes del aire son tóxicos, como las emisiones de los automóviles o los compuestos químicos de las fábricas. Su inhalación puede aumentar las posibilidades de tener problemas de salud. Las personas con enfermedades del corazón o de pulmón, los adultos de más edad y los niños tienen mayor riesgo de tener problemas por la contaminación del aire. 

Contaminación atmosférica en Santiago de Chile

Centrándonos en algo más cercano, como Madrid o Barcelona, se han llevado a cabo una serie de estudios que confirman que son algunas de las áreas metropolitanas europeas con más muertes evitables por el exceso de contaminación provocada por el dióxido de nitrógeno, un gas tóxico asociado con el tráfico rodado. Esto podría ser fácilmente solucionado con algunas de las propuestas dadas por la OMS, como la reducción de emisión de gases que favorecen el efecto invernadero mediante mejoras en el transporte y de las elecciones en materia de alimentos o uso de la energía que pueden traducirse en mejoras de la salud.

No solo debemos frenar la emergencia climática sino también las enfermedades que causa, como por ejemplo, la salmonelosis, el cólera, la diarrea o parásitos intestinales.

Pero no solo los gobiernos y las grandes empresas deben actuar, ha de ser un paso que demos todos juntos. Con pequeñas acciones conseguiremos grandes cambios. Aquí publico un listado de ideas:

  • Ir andando o en bici es un buen medio para reducir las emisiones de gas, y supone un beneficio para la salud y la forma física. Caminar ayuda a prevenir problemas circulatorios y pulmonares, también ayuda a acelerar el metabolismo y reduce el riesgo de diabetes. Dar un paseo nos ayuda a adelgazar y mantener un cuerpo saludable. Para las distancias más largas, podemos optar por el transporte público.
  • Aplicar la regla de las tres R: reducir, reutilizar y reciclar. Cuando hablamos de reducir nos referimos a aminorar el consumo de los productos directos. Al decir reutilizar, en volver a utilizar las cosas y darles la mayor utilidad posible antes de que llegue la hora de deshacernos de ellas. La última tarea de esta regla es reciclar, que consiste en someter a los materiales a un proceso en el cual se puedan volver a utilizar.
  • Cuidar el agua instalando un regulador en la ducha, lavando con agua fría o cerrando el grifo mientras te lavas los dientes. Estas son conductas que ayudan a reducir el malgasto de agua.

En conclusión, debido al cambio climático los sistemas naturales de todo el mundo se están viendo afectados con un aumento de temperatura o la destrucción de la capa de ozono. Entre los principales efectos del cambio climático en la salud figuran un aumento del riesgo de lesiones, enfermedades, muertes por golpes de calor o por exposición a catástrofes naturales.

Pero aún estamos a tiempo. Tenemos soluciones, todo depende de nosotros, de las nuevas y futuras generaciones. Solo tenemos un planeta y debemos cuidarlo con todas nuestras fuerzas.

Sobre el autor

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Nací en Albolote en 2006. Estudio primero de bachillerato. Estoy muy comprometida con el medio ambiente y la evolución del cambio climático en nuestro planeta.
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