Alimentación sostenible

El consumo local y de proximidad de alimentos, ¿podría contribuir a frenar el cambio climático?

Rafael Blanco

¿Cuál es la causa de la emergencia climática? Uno de los orígenes es el que concierne a las grandes empresas multinacionales. Estas se dejan guiar cada vez más por un sistema capitalista feroz e interfieren en la vida de las personas para obligar indirectamente a la sociedad a consumir.

Para ello usan muchos trucos, aparentemente inofensivos, que incitan a comprar. Con buena música, descuentos, ofertas, creando festividades… Como el día de la madre, el día del padre o San Valentín.

Además, estas empresas contaminan el medio ambiente de muchas formas:

  • En la fase de producción sobreexplotan los recursos, usan productos contaminantes, generan muchos residuos, derrochan grandes cantidades de energía e incluso deslocalizan sus fábricas a regiones donde hacer más intensiva la producción.
  • En el transporte generan una gran cantidad de gases de efecto invernadero como CO2, debido a las largas distancias que estos productos deben recorrer hasta llegar a su destino.

En este último siglo, la temperatura media del planeta ha subido casi un grado centígrado y la cantidad de partículas en suspensión en el aire ha aumentado en gran medida. Alrededor de 7 millones de personas mueren cada año por la contaminación atmosférica, que genera graves problemas respiratorios e incluso cáncer en las personas. 

De forma general, este problema es tratado con indiferencia. A pesar de que en esta sociedad es común escuchar sobre el gran problema del cambio climático, son pocos los que realmente se paran a reflexionar sobre esta realidad y adoptan medidas para ayudar a solucionarlo.

De hecho, no son pocos los negacionistas, que aseguran que la crisis climática es algo inventado por el gobierno para conseguir más votos o que es algo que a ellos no les tocará vivir. El resto de la sociedad solo está centrada en problemas de su día a día y no quiere atender problemas que considera que no le afectan de forma directa. Por esta razón, es muy importante divulgar sobre el cambio climático y no mirar a otro lado para que podamos hacer algo al respecto. 

El sector de la alimentación podría causar daños irreparables en el medio ambiente.

Desde que comenzó la Revolución Industrial, la concentración de gases de efecto invernadero ha aumentado hasta un 35% y se calcula que la industria de la alimentación genera entre el 44 y el 57% de estas emisiones. Asimismo, esta industria es responsable del 60% de la pérdida de la biodiversidad a nivel global y genera problemas que se agudizan cuando la población mundial crece. 

Viéndolo de esta forma, la aparente evolución para las empresas motivada desde la Revolución Industrial es realmente una involución ya que perjudica enormemente al planeta en distintos ámbitos. Por otro lado, los procesos de producción usados por las empresas son ineficientes e insostenibles en el ámbito de la alimentación: actualmente se produce aproximadamente 1 caloría de alimento con 300/400 calorías de combustible.

Antes de la Revolución Industrial la atmósfera tenía aproximadamente 250 partes de dióxido de carbono por millón (ppm), comparado con las más de 400ppm que se alcanzan en diversos lugares. Lo ideal sería volver a conseguir 250ppm para así mejorar en gran medida la calidad del aire. Es más, mediante procesos más sostenibles que reduzcan la producción de gases de efecto invernadero y la de residuos, se podrían mejorar los datos actuales y reducir la contaminación o la sobreexplotación de recursos. 

¿Cómo podemos  frenar este cambio climático?  

Hay diversas formas de frenarlo, aunque yo ofrezco una solución muy sencilla y accesible: apostar por el mercado local y de proximidad. Si realizamos este pequeño cambio de mentalidad y acudimos más frecuentemente a este tipo de  negocios, reduciremos en gran medida el impacto que causamos al medio ambiente ya que los productos de estos comercios no recorren largas distancias en vehículos contaminantes y utilizan métodos de producción más eficientes y  sostenibles con el medio ambiente. 

Además, el sabor y la calidad de estos productos es mucho mayor ya que los alimentos llegan frescos y con todos sus nutrientes, a diferencia de los producidos por las grandes empresas, que terminan de madurar en cámaras frigoríficas o en el propio transporte para que no se estropeen en el largo camino que recorren.

Con toda esta información podemos afirmar que el cambio climático es un hecho innegable. Sin embargo, aún estamos a tiempo para remediarlo aplicando pequeños cambios en nuestro día a día. ¿Te unes a la lucha contra el cambio climático?

Sobre el autor

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Los idiomas me apasionan, actualmente tengo el C1 de inglés y el A2 de alemán. Practico baloncesto y me encanta leer, escribir, dibujar y tocar instrumentos.
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