Migraciones Climáticas

¿La emergencia climática está aumentando la movilidad humana?

Natalia de la Puente

Tienes que entender que nadie pone a sus hijos en un bote, a menos que el agua sea más segura que la tierra.

WARSAN SHIRE

La migración se ha convertido en un tema a la orden del día. Diariamente, los medios de comunicación nos muestran imágenes de las conocidas “pateras” y los programas políticos discuten sobre los “MENAS”, existiendo diversas opiniones respecto a este problema. Sin embargo, lo que muchas personas no saben es que el trasfondo de este problema está íntimamente vinculado al cambio climático. 

Un buen punto para comenzar a hablar sobre migración climática es su definición. Según la OIM (Organización Internacional de Migraciones) es “el traslado de una persona o grupos de personas que, predominantemente por cambios repentinos o progresivos en el entorno debido a los efectos del cambio climático, están obligadas a abandonar su lugar de residencia habitual, u optan por hacerlo, ya sea de forma temporal o permanente, dentro de un Estado o cruzando una frontera internacional”. 

Sin embargo, todavía no se ha conseguido definir qué es un migrante climático. Aunque esto pueda parecer poco relevante, es el punto clave para empezar a tratar este problema. Las definiciones son importantes, sobre todo a nivel internacional, porque como afirmó Saphir-Whorf: hasta que algo no tiene un nombre, no existe para el ser humano. 

La razón por la que aún no se le ha dado una definición es la falta de acuerdo en el concepto entre instituciones como la UNHCR y la Comisión Europea. ¿La definición de migrante climático debe englobar la migración por sequía? ¿Y la de refugiado? ¿Qué hay de los países en situaciones en pobreza extrema? ¿Y aquellos con conflictos internos? ¿Cuál es el límite de las catástrofes que puede amparar una definición? Es mucho más complicado de lo que parece, por ello, muchas personas simplemente prefieren ignorarlo. 

A pesar de que alrededor de 64 millones de personas en el mundo se han visto obligadas a desplazarse como consecuencia del cambio climático, y que esta cifra podría alcanzar los 1000 millones en menos de 50 años (ACNUR), el migrante climático no existe en el derecho internacional.

Causas de la migración climática

No es una sorpresa que el cambio climático esté afectando al planeta (temperaturas elevadas, tormentas intensas, sequía…). Este cambio en nuestro hábitat incide en la flora, la fauna y la población que habita en estas zonas. En algunos países como Puerto Rico, Myanmar, Haití o Japón obliga a sus habitantes a trasladarse en busca de mejores condiciones de vida. Las causas más comunes de los desplazamientos son:

  • Fuertes sequías que se recrudecerán por el cambio climático. Si las temperaturas suben entre 2 y 3 grados centígrados más, la escasez de agua afectará a entre 1.100 y 3.200 millones de personas. Recordemos que actualmente, junto con las inundaciones, las sequías acaban con más vidas y ocasionan mayores pérdidas económicas que cualquier otro desastre natural. 
  • El avance de la desertificación: el 70% de los ecosistemas han sido transformados, una situación que se acentuará en 2030 ya que se necesitarán 300 millones de hectáreas más para producir mayor cantidad de alimentos, lo que favorecerá el avance de la desertificación, sequías y otros efectos del cambio climático (UNCCD).
  • Falta de cosechas: un estudio publicado en la revista Environmental Research Letters muestra que las pérdidas por sequías y olas de calor en los cultivos de cereal se han triplicado en Europa en los últimos 50 años. Estiman que, en las regiones mediterráneas, los rendimientos han caído un 6,9% en este periodo de tiempo.
  • Lluvias torrenciales: el aumento del vapor de agua en la atmósfera ha exacerbado las precipitaciones extremas y las inundaciones. Asimismo, el calentamiento de los océanos ha afectado a la frecuencia y duración de las tormentas tropicales más intensas (ONU)
  • Temperaturas extremas: en los últimos 150 años se ha producido el mayor aumento de temperatura de la historia. (Universidad de Arizona, Nature).

Las consecuencias de la migración climática son diversas

Consecuencias para la zona emigrante:

Aunque algunas personas puedan emigrar, otras se quedarán atrapados en zonas cada vez más inviables que se volverán a su vez más marginales. Se estima que estas abarcarán zonas bajas, costeras y vulnerables ante el creciente nivel del mar; y áreas de elevado estrés hídrico y agrícola que comenzarán a aparecer hacia el año 2030.

Desafíos para la zona migrante:

Dado que no todas las familias pueden permitirse huir de la zona afectada, es común el abandono de menores como medio para que al menos ellos consigan una vida mejor. Otra consecuencia es la superpoblación en zonas urbanas, debido a que es más fácil conseguir trabajo en grandes ciudades y capitales se pone al límite la capacidad de las ciudades. También, en caso de crisis económica, sanitaria o alimentaria puede haber una falta de recursos para abastecer a toda población. Y, además, hay que contar con la dura adaptación que sufren los migrantes, que acaban siendo expuestos ante la discriminación o el abandono por parte de la sociedad.

La migración es una expresión de la aspiración humana por la identidad, seguridad y un mejor futuro. Es parte del tejido social, parte de toda constitución como familia humana

BAN KI-MOON

La llegada de migrantes

Este problema de calado internacional se intenta solucionar a través de reuniones, congresos y propuestas mediadas. Sin embargo, los conflictos internacionales, el conjunto de intereses, las diferentes perspectivas y el controversial debate que genera este tema, ralentizan las posibles negociaciones internacionales. 

Muchos países y gobiernos ven la acogida de migrantes como algo negativo. Por ello, es de vital importancia resaltar las consecuencias positivas de la acogida de refugiados climáticos. La convivencia en un mismo espacio social de personas de procedencia cultural diferente favorece el respeto, la diversidad, la identidad y al enriquecimiento de las distintas culturas. A esto se le conoce como pluriculturalismo.

Además, a nivel económico, existen estudios  en los que se demuestra que la llegada de migrantes tiene efectos muy positivos en la fuerza y sostenibilidad de la economía, a través de mejoras en el PIB y la disminución del paro (Science Advances). Esto contradice la popular creencia que la inmigración es un peso para la economía, convirtiendo estas creencias en bulos con bases de carácter racista.

La ida de migrantes

La emigración climática tiene un impacto mucho mayor del que pensamos debido a que afecta a gran cantidad de sectores, incluso en problemas como la desigualdad de género. Las mujeres y las niñas se enfrentan a graves amenazas cuando sus parejas migran en contextos de crisis generadas por la sequía, ya que ellas suelen permanecer en el lugar de origen. Debido a su bajo nivel de estudios, en el caso de migrar, corren mayor peligro de convertirse en víctimas de tráfico de personas, sufrir explotación sexual y precariedad laboral, entre otras.

Otro tema que debemos tratar es la vinculación entre la pobreza y el cambio climático. Las zonas más afectadas por el calentamiento global son las del hemisferio sur, existiendo una innegable correlación entre el desarrollo de estos países y su vulnerabilidad ante el cambio climático. En algunos países los recursos son muy escasos y las situaciones políticas son conflictivas, lo que dificulta la acción frente al cambio climático.

  • Bangladés: uno de los países más propensos a sufrir desastres naturales, esto se debe a su ubicación y a su densidad de población. En la primera mitad de 2019, se registraron alrededor de 1.671.000 desplazados asociados con desastres y se estima que para 2050, una de cada siete personas habrá tenido que desplazarse por el cambio climático.
  • Etiopía: los desastres naturales provocaron 233.000 nuevos desplazamientos en la primera mitad de 2019, la mayoría de ellos estuvieron relacionados con inundaciones y sequías en la región somalí.
  • México: en 2018 hubo 20.000 nuevos desplazados por eventos como el huracán Willa, que afectó a seis estados. En el peor de los escenarios, el Banco Mundial estima que en 2050 alrededor de 1,7 millones de personas se moverán como resultado de los impactos climáticos en este país.

A pesar de que no se hable de las migraciones climáticas en concreto, organizaciones como ACNUR afirman que “cada año, más de 20 millones de personas deben abandonar su hogar y trasladarse a otros puntos de su propio país debido a los peligros que causan la creciente intensidad y frecuencia de eventos climáticos extremos.” Otras, como la OIM, llegan incluso más lejos alegando que “en 2020, a pesar de las restricciones de la movilidad, fue el año con más migraciones debido al cambio climático”. Aunque creamos que durante la pandemia el mundo se paró, las consecuencias  del cambio climático no pararon, obligando a millones de personas a abandonar su hogar y recordándonos que somos vulnerables y dependientes del planeta en el que vivimos.

Entonces, si este problema es tan grave, ¿por qué nadie actúa?

El principal motivo es porque la mayoría de la población no conoce este problema, nadie habla de este problema porque sus víctimas no tienen nombre. Este es, quizá, uno de los puntos clave para solucionar este problema: la concienciación de la población. Faltan personas activistas que luchen por los derechos de estas personas, además de voluntad política para hacer frente a este problema tan globalizado.

En 2017, el CIS realizó una encuesta a la sociedad española sobre su visión acerca de los inmigrantes. Una de las preguntas de este cuestionario fue “Cuando oye la palabra inmigración, ¿qué es lo primero que le viene a la mente?”. La respuesta con más votos fue “necesidad de venir a trabajar” y la segunda “sentimiento de empatía y solidaridad”. Esto demuestra la conciencia y la emoción de la sociedad española respecto a la situación de los inmigrantes, el reconocimiento a lo dificultoso que es el proceso de adaptación y la capacidad de nuestra sociedad para entender la causa. 

Precisamente, España se posiciona en el número 32 del Índice de Riesgo Climático Global. No sabemos cuánto tiempo estaremos en España hasta que tengamos que migrar por el cambio climático. De lo que estamos seguros es de que pasará, como pasa cada día en otros países, y de que podemos hacer algo porque este problema tiene solución. ¿Por qué no actuar?

Sobre el autor

Artículos

Tengo 18 años y vivo en Madrid. Me he graduado como delegada de la primera promoción del Bachillerato de Excelencia en Ciencias Sociales. Lo que de verdad me apasiona es escribir y, como mis padres dicen, soy una devoralibros. Mis intereses son la filosofía, el derecho y la política. Además, soy boxeadora, aunque no le haría daño ni a una mosca.
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