¿Qué papel tiene la ciudadanía en la respuesta a la emergencia climática?
Las revoluciones, aunque sean pacíficas, pueden hacerse de varias formas: desde arriba -desde el poder político- o desde abajo -desde la ciudadanía. Lo importante, por encima de todos es que, traigan los cambios, que la sociedad necesita.
La revolución verde en la que estamos inmersos, no es otra cosa que una respuesta a la necesidad urgente de proteger mejor el medioambiente: nuestra naturaleza, nuestros ríos, bosques, playas, mares, fauna y flora; frente a su posible destrucción. Algunos poderes públicos ya se han sumado a ella. Sin embargo, si está en marcha es porque ha empezado desde abajo: desde la sociedad civil.
El artículo de Martina es esencial para entender cómo, cada uno de nosotros podemos ayudar a preservar mejor el mundo que generaciones pasadas nos dieron y dejárselo a las que vengan en las mejores condiciones. Ese reto únicamente se puede conseguir si cada ciudadano se implica y si, a su vez, consigue implicar a quienes le rodean. Porque son las personas de a pie: los jóvenes, los autónomos o los que se esfuerzan trabajando cada día, los que mejor pueden contribuir a desarrollar un modelo que nos permita seguir avanzando pero que respete nuestro ecosistema. Un modelo que permita compatibilizar sostenibilidad y progreso económico.
Por tanto, este artículo habla de gotas de agua y de granitos de arena que, sumando, uno a uno, pueden cambiar el mundo y contribuir a cambiar todo un océano. Animo a todos, a leerlo. No les dejará indiferentes y les hará reflexionar.
¡Ojo! Léete a continuación el artículo al que introduce este prólogo. Te lo dejamos aquí.