Ecofeminismo

¿Qué relación hay entre la lucha feminista y la ecologista?

Carolina Marrero Villegas

Los seres humanos somos personas ecodependientes e interdependientes. Esto quiere decir que dependemos de la naturaleza y, a su vez, de otros seres vivos para nuestra supervivencia. No hay sociedad sin naturaleza y cuidados. Es importante entender estos conceptos para relacionar la lucha feminista y la ecologista, ambos, movimientos que señalan que el problema aparece cuando a esto mismo que sostiene la vida, no se le da la voz necesaria.

Si imaginamos nuestra sociedad como un iceberg, observaremos a primera vista lo que flota: el capitalismo. Aspectos como el trabajo, la economía o el estado, son motivos de preocupación indudable para la humanidad, olvidándonos de lo que de verdad sostiene al iceberg.

A lo largo de la historia, las mujeres hemos recibido la orden de los cuidados, los cuales permiten el desarrollo social. Pero cuando hablamos de cuidado nos referimos a esa preocupación que nos surge del amor por alguien y sobre todo por las personas vulnerables. Pues si pensamos en el binomio “Madre – Tierra”, ya relacionamos a la mujer como protectora de todo ser.

Sin embargo, a los hombres se les ha atribuido todo tipo de actividad que no tiene nada que ver con el cuidado sino con el logro, el trabajo y la economía. Un dato muy curioso que nos ofrece un artículo publicado por La Vanguardia, de la activista y feminista Gemma Cernuda-Canelles, es que el consumo es femenino y la economía masculina. Esto quiere decir que el 80% del poder de la compra lo decide la mujer y, en cambio, los hombres planifican la economía del hogar.

La lucha ecofeminista nace hace unas cuatro décadas. Alrededor del mundo, las mujeres que empezaron a observar cómo el capitalismo patriarcal ascendía sin parar, siendo ellas las que más lo sufrían y coincidieron en la misma idea: la dominación y explotación de las mujeres y de la naturaleza tiene el mismo origen, el patriarcado. De este modo se relacionan las interconexiones de la lucha feminista y la ecologista.

El mundo capitalista en el que vivimos tiene una mirada patriarcal y antropocentrista, es decir, el hombre es superior a la mujer, y el humano a la Tierra.

Además, desde el proceso de industrialización del siglo XVIII se ha priorizado la economía por encima de todo. Creemos que podemos avanzar económicamente produciendo de forma ilimitada y a una velocidad que supera la normalidad, pero la realidad es que los recursos que tenemos se están agotando, tal y como confirman estudios realizados por importantes empresas y asociaciones como Iberdrola o Greenpeace.

¿Pero por qué al feminismo le importa la lucha contra el cambio climático?

Es en este punto cuando comienza la lucha climática como herramienta para ayudar a crear un futuro justo en todos los sentidos. Por una parte, las mujeres son quienes asumen las mayores cargas de los impactos del cambio climático en el mundo, especialmente las más pobres. Por otra, el problema que tiene la sociedad del siglo XXI es pensar que a mayor consumo, mejor calidad de vida. Pero este estilo de vida es patriarcal e insostenible. 

Vivimos en un mundo lleno de desigualdades y esto nos hace pensar, ¿superaremos la jerarquía y discriminación de género? ¿Podremos vencer a tiempo el reto ambiental al que nos enfrentamos? Es el momento de actuar, de encaminar el futuro hacia una sociedad sostenible donde olvidemos ir hacia el más, el más y el más, en la que prime la democracia y la concienciación por el medio ambiente.

Si luchamos por un mundo feminista, en el que los hombres y las mujeres estén en igualdad de condiciones, conseguiremos un cambio de comportamiento que dará lugar a un nuevo estilo de vida. La evolución de nuestros propios hábitos es la clave para el mundo que el ecofeminismo busca, pero para ello, necesitamos concienciar a la población.

La educación ambiental predominante sigue sin facilitar una conciencia crítica de los roles de género, sin visibilizar a las mujeres como víctimas de la crisis ecológica y sin reconocerles como protagonistas del cambio hacia una cultura de la sostenibilidad. Es necesario que la educación ambiental proporcione una auténtica educación emocional ecológica que despierte el amor a la naturaleza y a los seres vivos que forman parte de ella.

Aún nos queda un largo camino por recorrer, no podemos vivir en un mundo lleno de desigualdades, guerras, hambre e injusticias, es necesaria la evolución. Tenemos la herramienta, hemos visto que el ecofeminismo nos permite comprender mejor nuestra especie y tomar conciencia de la inviabilidad de la vida humana desgajada de la tierra y desconectada del resto de las personas. 

Unamos los términos «feminismo y ecología» para conservar el lugar en el que vivimos y transformarlo en un mundo justo y equitativo.

Sobre el autor

Artículos

Soy una persona que quiere luchar por un mundo justo para todos/as. Me encanta empatizar con otras personas.
Artículos Relacionados
Ecofeminismo

¿Aumentar la presencia de mujeres en la toma de decisiones facilita alcanzar la sostenibilidad y la igualdad?

Ekaterina Pirozhenko Por naturaleza el ser humano es un ser creativo, cuyo rasgo distintivo es la…
Lee mas
Ecofeminismo

¿Incorporar la perspectiva de género aceleraría una solución a la emergencia climática?

Ana Sánchez García Cuando hablamos de perspectiva de género tratamos de analizar la forma en…
Lee mas
Ecofeminismo

Prólogo de Patricia Craviotto

¿Un mundo más igualitario traería consigo un mundo más sostenible? El artículo del joven…
Lee mas
Seamos uno más
Únete a la acción

Regístrate para formar parte de nuestra red y recibir noticias.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *